martes, 17 de noviembre de 2015

21 años llenos del 7

El ex capitán blanco se despidió del fútbol profesional ganando el título de Liga con el NY Cosmos por 3-2 frente a los Fury de Ottawa.


Se acabaron las cucharas, los goles a un toque dentro del área y los desmarques imperceptibles. La controversia respecto a su figura y el respaldo a ultranza de los defensores “del que nunca hace nada”. Se acabó todo eso porque Raúl disputó el pasado domingo su último partido como profesional, y lo hizo de la única forma que sabe, ganando un nuevo título; en este caso el título de liga con el Cosmos de Nueva York por 3-2 frente a los Fury de Ottawa.

Lejos de los focos de los majestuosos estadios en los que el ex capitán blanco brilló con luz propia (incluso fue capaz de silenciar alguno de ellos), Raúl se despidió del fútbol profesional en un campo de césped artificial y disputando la final de una liga menor estadounidense (la NASL), pero incluso allí, a casi 6.000 kilómetros de casa, algunos fieles le acompañaban y una pancarta que lucía el texto: “Adiós leyenda”, junto a un escudo del Madrid – su escudo- le acompañó en su último gran logro.

“Me siento como un niño de barrio, jugando en la calle, en césped, en arena. Para mí el fútbol es igual, ya sea jugar en artificial, con o sin gente”, afirmó tras ganar su último trofeo, asegurando haber regresado “a sus primeros años” jugando en el Cosmos y confesando sentirse “feliz pero también un poco triste” por saber que ya todo se acaba.

En su último partido, igual que en el primero en la Romareda allá por el año 1994 se fue sin marcar. Más de 400 goles y casi mil partidos después, el eterno capitán, venido de las inferiores del Atlético de Madrid y convertido en leyenda tras ganar, entre otras muchas cosas, seis ligas con el Real Madrid, tres Copas de Europa, una Supercopa de Europa y dos Copas Intercontinentales, ha anunciado que su retirada “ha sido la soñada, haciéndolo con un título”.

Un tipo profesional, serio y disciplinado. El primero en la carrera continua del entreno que no dudaba en abroncar a un compañero que veía que no daba el cien por cien. Un capitán atemporal e intachable para muchos madridistas, instalado ya a la altura de los grandes como Gento o Di Stéfano, que sabe que ahora empieza “una nueva vida, un nuevo proyecto y un nuevo camino” pero no exactamente dónde.

De La Romareda a un estadio en Long Island; pasando por el Santiago Bernabéu, Old Trafford, el Camp Nou, Hampden Park o el Stade de France. Todos esos templos profanados con goles importantes. Goles que cierran 21 años de títulos y redes perforadas que vieron como el 7 de noviembre, el gran 7 se besaba el anillo y corría celebrando un gol por última vez.



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