jueves, 20 de octubre de 2011

El genio incomprendido

     José María Gutiérrez Hernández, “Guti”; así se hace llamar el díscolo número 14 del Real Madrid. Toda la carrera de este brillante jugador ha estado ligada al club blanco, el club de sus amores, que le ha dado tres Champions y cinco ligas, pero que nunca ha sido capaz de darle un puesto fijo en el once durante más de diez partidos seguidos.
   
     Desde que pasó a formar parte de la primera plantilla ha sido el desatascador del Madrid, la solución de urgencia, el jugador al que acudir cuando las cosas empiezan a ponerse feas. Algo injusto. Quizá con veinte años no merecía tener un puesto asegurado en la alineación titular, pero sabiendo que Guti ha visto pasar a más de quince entrenadores desde que está en el Madrid, es incomprensible que ninguno haya sido capaz de darle esos galones y esa confianza que él necesita. Guti es un jugador diferente, que pertenece a ese “selecto” club de los Cantona, C. Ronaldo, Figo y compañía, jugadores a los que sólo se les puede amar con locura o despreciar y odiar casi hasta la muerte.
     Lo que nadie discute es la calidad del zurdo jugador merengue, nadie. Su pierna izquierda ha repartido asistencias de ensueño y marcado goles de escándalo a lo largo de las 14 temporadas que lleva como profesional. El gran problema es que su irregularidad y su carácter lo han llevado a ser siempre el jugador fácil de sustituir, el que está siempre en boca de todos, presidiendo portadas (a veces no muy buenas) y siendo el objetivo perfecto de todas las aficiones de España en las que el: “Guti, Guti, Guti Maricón” suena con fuerza año tras año, temporada tras temporada.

     Dentro del campo es un jugador como pocos, capaz de ver un hueco donde el resto sólo vemos un mundo de piernas, capaz de decidir un partido con un lanzamiento de falta, pero capaz también de dejar a su equipo colgado con un jugador menos por culpa de su carácter chulesco y barriobajero que le ha costado más de un disgusto. Pero aún con todo, el fantástico Guti ha dejado una riada de detalles que sólo con buscarlos en youtube, harían que muchos de sus detractores se sonrojaran al ver que Guti puede ser discutido por su carácter, por su forma de ser, por sus actitudes y reacciones, incluso por su ego desmesurado… pero nunca, jamás, por su forma de jugar, porque Guti es un genio, es… el genio incomprendido.

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