domingo, 24 de julio de 2011

Cabezas pensadoras

Cuando me agobio, escribo, me gusta hacerlo. Aunque el texto no siempre vaya a salir a la luz me gusta desahogarme escribiendo algunas líneas; me relaja.

Mi cabeza resacosa está saturada de información. Quiere pensar, pero es incapaz. Prefiere tirarse delante de la tele a ver cualquier serie que pongan. Sabe que si piensa llega a conclusiones y por eso decide escudarse en la resaca para hacerse la loca y no tener que actuar en consecuencia. Sabe que querría hablar de cinismo, o falsedad incluso, pero no puede; si dice las cosas altas y claras habrá problemas, demasiados… prefiere callarse y centrarse en temas comodín, que la distraigan; como la final de la Copa América o la carrera de Moto Gp de Laguna Seca. Cualquier cosa le va bien… le da igual, ella no quiere pensar.

Le cuesta mucho alzar la voz, debió haberlo hecho hace mucho tiempo, ahora parece que no le está permitido… Ser buena y bondadosa le ha quitado el derecho a enfadarse. Eso lo sabía desde hacía meses ya, pero se resistía a admitirlo… ahora ya no tiene ninguna duda. Sabe que no es perfecta y que muchas veces se equivoca, pero tiene clarísimo que a las personas que realmente quiere no les va a fallar. Por eso le duele, le duele mucho, que le prohíban hacer algo que para ella no es nada más que ocio y disfrute con las cabezas (algunas no muy pensantes) de sus amigos de siempre. Sabe que no todas las cabezas son iguales, pero al menos busca que su cabeza más querida le entienda… y ésta no sólo no lo hace sino que además se dedica a hacer cosas mucho peores que las que horas antes se había apresurado (muy hábilmente) en prohibirle.

Ya se sabe que las noches de sábado muchas cabezas se vuelven más pasionales y primarias (a veces acompañadas de otras cabezas amigas) y no les convence mucho la idea de pararse a pensar y razonar algunas de sus actuaciones. Para eso ya habrá tiempo el domingo… Por eso jode que una cabeza que cuando se desinhibe actúa sin pensar más allá de la próxima media hora, intente dar lecciones de como actuar a una cabeza que lleva casi un año intentando hacer las cosas lo mejor que puede. Y cuando pasa eso, se siente triste, y creerme, sólo hay una cosa peor que una cabeza triste, y es un cuerpo con hambre… por eso decido irme a cenar.

Buenas noches cabezas pensadoras!

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