domingo, 5 de junio de 2011

Fin de semana deportivo.

     Leo mi anterior publicación y me dan ganas de reír. Cómo pude querer achacar mi falta de escritos al hecho de que los deportes se acababan… Soy gilipollas, el tiempo se ha encargado de demostrármelo este fin de semana.

     Partidos clasificatorios para la Eurocopa de 2012, amistosos, categorías inferiores de la Selección; el Gran Premio de Cataluña de Moto GP y la final de Roland Garros. ¿Y yo decía que no había deporte? Lo que no había eran ganas de escribir; la pereza me podía y eso tenía (tiene) que cambiar.
Vayamos por partes.

     El sábado volvía la Selección. Había mucho, mucho morbo. Pero no por el rival ni por volver a jugar en el estadio en el que la nariz rota de Luis Enrique y sus lágrimas hicieron llorar a un país entero 17 años atrás, eso era secundario. Lo importante era ver cómo se llevaban nuestros jugadores. Ver si Piqué y Ramos hacían juntos el calentamiento, si en los paseos había clanes y los del Barça sólo se juntaban con los del Barça y los del Madrid con los del Madrid… tonterías. Los jugadores son profesionales, es posible que Piqué y Ramos no fueran amigos antes, ni lo van a ser ahora. Ante todo son profesionales, les une un objetivo común que está por encima de rencillas personales y piques de patio de colegio.
     Los casos de Busquets, Alonso, Villa y Arbeloa son algo diferentes. Ellos si eran amigos, pero cuatro partidos no van a cambiar eso. Unos días juntos, ver que forman parte del mismo grupo, vacaciones y todo volverá a la normalidad. Ah, por cierto, se ganó 4-0 y se jugó como siempre. Faltaban algunos habituales pero Alonso, Silva y Cazorla se encargaron de hacer jugar a España. Y Torres marcó. De verdad, 274 días después volvió a ver puerta.

     Por otro lado la carrera de Moto Gp fue mucho más insulsa de lo que se esperaba. Lorenzo corría en casa, Simoncelli tenía la pole y Rossi quería seguir escalando. Sólo faltaba Pedrosa, pero parecía que la carrera prometía. En la salida Simoncelli se quedaba y Lorenzo se ponía primero con Stoner a rueda. Esto fue lo más interesante. Al rato el australiano adelantó a Lorenzo y ya no volvió a ceder nunca más la posición. Por unos momentos, a falta de 13 vueltas empezó a llover levemente, finas gotas salpicaban los cascos de los pilotos pero nada, falsa alarma. La lluvia no quiso aparecer por Montmeló. Las vueltas pasaron y nada cambió. Lorenzo sigue líder, Stoner se acerca y Rossi no llega. Quizá este sería un buen resumen para una carrera descafeinada, aburrida en algunos tramos, una de esas que no costará mucho olvidar.

     Pero no había tiempo ni para comer. Una vez sonaron los himnos en Montmeló y las motos dejaron de abrir gas, tocaba centrarse en la final de Roland Garros, la final soñada: Roger Federer – Rafael Nadal. Duelo de titanes, tenis de muchos quilates.
     El suizo salió a muerte. Fue un vendaval en los primeros juegos. Nadal no se encontraba en la pista, no se sentía cómodo; demasiadas horas invertidas y demasiados juegos cedidos hasta llegar a la final. Hasta que apareció el tenis rabioso de Rafa. Las piernas empezaron a funcionar, las derechas iban a las líneas, conectaba los primeros y ahora era Federer el que sufría. El manacorí era un ciclón. 

     Muchos puntos para enmarcar, derechas ganadoras y devoluciones imposibles. Nadal tenía hoy una cita con la historia y no quiso faltar. Roger lo puso difícil ganando el tercer set e impidiendo que Rafa se llevara la final por la vía rápida… pero nadie dijo que esto iba a ser fácil, ¿no? Entonces Rafa, cuando parecía que el partido podía torcerse y la final iría a 5 sets, tiró de casta, desplegó su mejor tenis y le endosó a Federer un 6-1 para recordar.
     6 Roland Garros, 10 Grand Slam y SÓLO 25 años. Su juego y su humildad encandilan. Ya ha igualado a Borg en tierra, y eso son palabras mayores.

Federer y Nadal, Nadal y Federer, pese a las lesiones siempre están ahí, liderando el tenis mundial. Sin ninguna duda son dos prodigios de la raqueta empeñados en entrar en el Olimpo del tenis. Ojalá lo sigan intentando durante muchos años más, porque lo que pueden hacer con una raqueta entre las manos es cosa de locos y nosotros estaremos para disfrutarlo.

     Y esto ha sido todo. Federer, Lorenzo, Cazorla, Nadal, Isco, Stoner, Silva… cúmulo de nombres. Infinidad de cracks.


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